miércoles, 27 de julio de 2011

Una llamada sorda


Podría haber titulado la entrada como "Una carrera de caballos II" pero habría sido poco original por mi parte y he decidido centrarme en los hechos. Me ocurrió hace un par de días: Al no entender qué había pasado para que se distanciase de mí, decidí preguntárselo. Es obvio que la pantalla de un móvil más que una ayuda es un inconveniente a la hora de comunicarse, puesto que con unos simples caracteres no se puede expresarse con claridad y fluidez. Eso mismo debió de pensar ella también cuando al rato de intercambiar mensajes escritos mi móvil empezó a sonar. Era ella.

Miré a la pantalla con cierto desconcierto, dubitativo por contestar o no. Al final decidí armarme de valor y pulsar el botoncito verde y con evidente pánico y temblor en la voz, pronuncié su nombre; no hubo respuesta.

La persona que se encontraba al otro lado del teléfono no fue capaz de articular palabra y tras largos minutos intentando hacerla hablar, desistí y colgué el teléfono.

Todo esto me ha hecho pensar en que con ese silencio resulta que se dijo mucho. Se dijo por ejemplo que era una persona asustada y con falta de valor para dar una explicación. Se dijo que estaba sumergida en un mar de dudas en el que se encontraba atrapada, y también se dijo que aunque era consciente del daño que estaba haciendo, no podía dejar de hacerlo.

Su silencio perdura hoy todavía.


1 comentario:

  1. Wow, es cierto hasta el silencio dice algo
    Me encanta tu blog, te sigo, jaja deberias pasarte por el mio aunque dudo que te guste, despues me dices que tal ;)

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