jueves, 28 de julio de 2011

Carta a ninguna parte

Hola querida, soy yo.
Anoche decidiste romper por fin tu silencio, ¿por qué? Bueno, no es nada nuevo... Puesto que ya lo hiciste una vez usando el mismo intermediario, la pantallita de un móvil; de modo que sigues en silencio pero en ocasiones te traicionan las articulaciones de los dedos.

Tu actitud impredecible y también incoherente a veces, si me lo permites, ha llevado a que tus acercamientos me alejen de ti. ¿Sabes? Ya no confío en ti y lo que más me disgusta pensar... No creo en ti. Te mentiría si te dijese que esta noche no he dado vueltas en la cama pensando en tus palabras, pero este juego se ha llevado mucho de mí a su paso.

Hice cuanto pude mientras estuvo en mi mano y aún así decidiste coger el timón sabiendo que nos perjudicaría a ambos. Hoy me faltan alicientes para ofrecerte el hombro de nuevo y solamente me sentía en la obligación de escribir esta respuesta, pero no es para ti; ya no.

No te preocupes por mí, estaré bien.

Analogue

No hay comentarios:

Publicar un comentario